-¿Cómo derrotaremos a los Persas? Sólo tenemos barcos
-No sé pero hay que actuar deprisa
Aquellas voces creaban una confusión en la que sólo los más elevados tonos eran escuchados.
La ciudad se estaba preparando para un momento crucial los marinos ponían a punto los barcos y las balistas. Los soldados practicaban el cuerpo a cuerpo. Gabúleo se preparaba para su momento, ya sabéis ese momento que estas destinado a tener con una gloria y una fuerza divina. Sonó un trompeteo a lo lejos se trataba del último aviso, todos debían subir a los barcos y confiar en sus facultades aprendidas en estos años. El velamen de las naves se extendía como una sábana en un tendedor de un día con viento. Las anclas sonaron, los barcos zarpaban a un camino ya fuera la muerte o la gloria. Los oficiales moralizaban a las tropas. Sobre todo se oía por lo lejos a un veterano comandante que decía: Luchad hermanos míos nos vamos a cubrir de gloria y seremos recordados como héroes. Recordad esto la valentía es el mejor arte que tenéis usadlo bien.
Pasadas estas arengas se empezaron a divisar unos barcos Persas a lo lejos los hombres de la infantería auxiliar cargaban las balistas, los hoplitas desenfundaban la espada sería con toda seguridad una batalla dolorosa y sangrienta.