La palabra huelga puede tener muchas
acepciones y provocar en la gente muchas ideas subjetivas; sobre todo según el
tipo de ideas políticas. A unos les parece una protesta exagerada para perder
el tiempo y poder destrozar el mobiliario urbano y a otros les parece una
oportunidad para reivindicar sus derechos y protestar por los recortes. Sobre
todo son las huelgas generales las que afectan a todos. Pero esto desde un
punto civilizado y moral cómo habría que verlo. Para la clase obrera (los
proletarios) se tendría que ver como un día especial en el que no se trabaja
para poder mejorar como colectivo y como sociedad. Utilizando el tiempo para
procurar derechos y mejor calidad de vida. Las clases medias deberían de verlo
como un acto de solidaridad donde se acude para mejorar la sociedad, y para
luchar por los débiles que no pueden sobrevivir por ellos mismos. Y por último
las clases altas los magnates y compañía tendrían que (algunos) ayudar a sus
compatriotas trabajadores. Otros tendrían que reflexionar e intentar cambiar la
situación. Y algunos otros compadecerse y comenzar a ayudar e incluso unirse al
grupo medio. Porque la huelga en sí no vale nada, sólo vale cuando se le hace
caso.
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