Todos hemos quedado cautivados alguna vez por los
colores del otoño. La verdad es que es un proceso muy curioso. Pero, ¿por qué las
hojas de los árboles cambian de color?
Cuando el verano acaba y llega el otoño, los días se
hacen cada vez más cortos y la luz es cada vez menos intensa. De esta manera
los árboles "saben" que se deben preparar para el invierno.
En invierno no hay la suficiente luz o agua como para
hacer la fotosíntesis adecuada. Así, en otoño las plantas empiezan a “cerrar
sus fábricas de comida”. La clorofila de las hojas desaparece y, poco a poco, a
medida que su color verde se desvanece, empezamos a ver colores naranjas y
amarillos. Estos colores ya existían durante el verano, pero no los podíamos
ver porque quedaban cubiertos por el verde de la clorofila. ¿Y los otros
colores? Los rojos brillantes y los lilas corresponden a sustancias fabricadas
exclusivamente en otoño. En algunos árboles, como los arces, la glucosa queda
atrapada en las hojas cuando la fotosíntesis se para. La luz del Sol y las
noches frías del otoño hacen que la glucosa se vuelva roja. El marrón que
aparece en las hojas de algunos árboles, como los robles, proviene de productos
de deshecho que se acumulan en las hojas.
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